El libro Through the Valley of the Kwai [Por el valle del Kwai], de Ernest Gordon, presenta el testimonio de los asombrosos efectos de una alianza.

Angus McGillivray era un escocés preso en un campamento de prisioneros llenos de soldados estadounidenses, australianos y británicos; los mismos soldados que construyeron el famoso puente sobre el río Kwai. Durante el tiempo que Angus pasó en ese campamento, la atmósfera se tornó casi hostil puesto que los presos se robaban entre sí diariamente para sobrevivir.

Para proteger sus pertenencias los presos escoceses desarrollaron un sistema de compañeros. Todo escocés tenía un socio conocido como el «compinche». A Angus le dieron un compinche que estaba muriéndose. Es más, todo el mundo ya había perdido las esperanzas. Pero Angus hizo todo lo que pudo para mantener con vida a su compinche, desde darle su propia frazada hasta saltarse comidas cada día. Milagrosamente, su compinche recuperó la salud. Pero poco después Angus se enfermó y murió como resultado del hambre y el agotamiento.

La noticia de la muerte de Angus se regó, y los presos se conmovieron. Decidieron reunir sus talentos para mejorar el campamento entero. Un preso hizo violines, otro era carpintero, otro era un músico muy hábil, y otro era profesor. Pronto el campamento tenía su propia orquesta de instrumentos hechos a mano, y empezaron una iglesia a la que llamaron «La Iglesia sin Paredes». Los cultos eran tan conmovedores, que incluso los guardias japoneses asistían. Asombrosamente, en las semanas que siguieron los presos también empezaron una universidad, una biblioteca, y un hospital … todo como resultado de una alianza.

Cuando una Alianza muestra el camino, Otras le siguen.

Extracto del libro El Poder de una Alianza en la Iglesia, por John C. Maxwell

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