La Biblia es el nombre que usamos para hacer referencia a la Palabra de Dios. Esta Biblia no es un solo libro, sino una colección de antiguos escritos, 66 libros separados, escritos a lo largo de aproximadamente 1.600 años, por al menos 40 autores diferentes.

“Biblia” viene del vocablo griego (plural) Biblión/Biblos, cuyo significado en “Los libros” o “Los Libritos”. Biblos era un importante puerto comercial del Mediterráneo Oriental donde se compraban papiros y otros materiales necesarios para escribir.

El Antiguo Testamento, escrito originalmente en el idioma hebreo, podríamos dividirlos o clasificarlos, por tema o tipo de literatura, de la siguiente manera.:

El Pentateuco (cinco primeros libros)

Los cinco primeros libros de la Biblia narran el origen de la raza judía y de su cultura.

GENESIS: El libros de los principios describe la creación, las primeras rebeliones contra Dios, y la elección de Abraham y su descendencia por parte de Dios.

ÉXODO: Dios rescató a los israelitas de la esclavitud de Egipto y los llevó al desierto del Sinaí. Una vez llegados ahí, le entregó a Moisés las leyes para gobernar la nueva nación.

LEVÍTICO: Dios estableció leyes para los israelitas, la mayoría de las cuales tenía que ver con la santidad y con el culto a Dios.

NÚMEROS: A causa de su rebelión y desobediencia, los israelitas tuvieron que deambular por el desierto durante cuarenta años, antes de entrar a la tierra prometida.

DEUTERONOMIO: Poco antes de su muerte, Moisés hizo tres discursos emotivos de despedida, repasando la historia del pueblo y advirtiendo a los israelitas en contra de más errores.

Los libros Históricos

Los doce libros siguientes prosiguen con la historia de los israelitas: entraron en la tierra de Canaán y establecieron un reino que duró casi 500 años.

JOSUÉ: Después de la muerte de Moisés, Josué mandó los ejércitos que conquistaron gran parte del territorio de la tierra prometida.

JUECES: La nueva nación cayó en una serie de funestos fracasos. Dios les mandó líderes que fueron llamados “jueces”.

RUT: Este relato de amor y lealtad familiar entre dos viudas brilla en medio de un periodo predominantemente lúgubre.

1 SAMUEL: Samuel fue un líder de transición entre el tiempo de los jueves y de los reyes. El ungió al primer rey de Israel: Saúl. Después de su propio fracaso, Saúl trató de evitar por medios violentos que el nuevo rey elegido por Dios, David, llegara al trono.

2 SAMUEL: David, “varón conforme al corazón de Dios”, unificó la nación. Pero tras cometer adulterio y asesinato, posó el resto de su vida hostigado por crisis familiares y nacionales.

1 REYES: Salomón sucedió en el trono a David, con grandes éxitos y fracasos. A su muerte, una guerra civil dividió a la nación. Los reyes que siguieron a Salomón fueron mayormente malos, y el profeta Elías tuvo confrontaciones dramáticas con el rey Acab.

2 REYES: Este libro prosigue con el registro de los reyes del reino dividido. Ninguno de los reyes del Norte siguió conscientemente a Dios, y el reino del norte, Israel, fue finalmente destruido por un invasor. El reino del sur, Judá, duró mucho más, pero finalmente Babilonia lo conquistó y deportó a sus ciudadanos.

1 CRÓNICAS: Este libro comienza con el registro genealógico más completo de la Biblia, para pasar luego a relatar muchos hechos de la vida de David (con frecuencia los mismo que aparecen en 2 Samuel).

2 CRÓNICAS: Este libro también registra la historia de los reyes de Judá, con frecuencia en forma paralela a los libros de Reyes, pero poniendo énfasis en los reyes buenos.

ESDRAS: Tras haber estado cautivos en Babilonia durante décadas, los judíos finalmente recibieron permiso para regresar a su tierra. Esdras, un sacerdote, se destacó en una de las primeras oleadas de refugiados.

NEHEMÍAS: Nehemías regresó de la cautividad babilónica después de la reconstrucción del templo. Se concentró en reparar la muralla que protegía a Jerusalén y se unió a Esdras en el liderazgo de un avivamiento religioso.

ESTER: Este relato se desarrolla entre los judíos cautivos en Persia. Una valiente reina judía desbarata un plan para exterminar a su pueblo.

Los libros de Poesía

Casi un tercio del Antiguo Testamento fue escrito originalmente en poesía. Estos libros consideran principalmente los problemas del sufrimiento, de Dios, de la vida y del amor.

JOB: El mejor hombre de su época sufrió varias grandes tragedias personales en sucesión. Todo el libro se centra en una pregunta: “¿Por qué?”.

SALMOS: Estas oraciones e himnos abarcan todo el espectro de la emoción humana; juntos, representan un diario personal que indica cómo relacionarse con Dios. Algunos de estos salmos eran también usados en los cultos públicos del templo.

PROVERBIOS: Los proverbios brindan consejos acerca de todo ámbito imaginable de la vida humana. EL estilo de vida sabia que aquí se propone lleva a una vida plena.

ECLESIASTES: Una vida sin Dios, vivida “debajo del cielo”, lleva a una existencia sin significado ni esperanza, dice el Predicador en un libro sorprendentemente moderno.

CANTAR DE CANTARES: Este hermoso poema celebra el amor romántico y físico.

Los libros de los Profetas

Durante los años en que los reyes gobernaban a Israel y Judá, Dios habló por medio de los profetas. Utilizó a algunos de ellos para predecir eventos futuros, pero la función principal de los profetas era la de llamar al pueblo a regresar a Dios.

ISAÍAS: El más elocuente de los profetas, Isaías, analizó los fracasos de todas las naciones a su alrededor, y predijo la llegada de un Mesías que traería paz.

JEREMÍAS: Jeremías tuvo una vida emocionalmente torturada, pero se aferró a su mensaje severo. Habló a Judá en las últimas décadas previas a la destrucción por parte de Babilonia.

LAMENTACIONES: Todas las advertencias de Jeremías se cumplieron, y Lamentaciones registra cinco poemas de dolor por la ciudad caída.

EZEQUIEL: Ezequiel se dirigió a los judíos que estaban cautivos en Babilonia. Con frecuencia utilizó relatos dramáticos y dramatizó sus parábolas para enfatizar su mensaje.

DANIEL: Daniel, cautivo en Babilonia, se elevó hasta el cargo de primer ministro de dicho reino. A pesar de la intensa presión política, vivió una vida modelo por su integridad, y dejó profecías altamente simbólicas acerca del futuro.

OSEAS: Al casarse con una mujer de mala vida, Oseas vivió personalmente su mensaje: que Israel que Israel había cometido adulterio espiritual contra Dios.

JOEL: Tomando como punto de partida una catástrofe reciente sufrida por Judá (una plaga de langostas), Joel preanunció el juicio de Dios sobre Judá.

AMOS: Amos, un hombre de campo, predicó en Israel durante la mayor época de prosperidad de este reino. Sus advertencias duras se centraron en el materialismo prevalente.

ABDÍAS: Abdías lanzó su advertencia contra Edom, una nación fronteriza de Judá.

JONAS: Un renuente Jonás fue enviado a Nínive y descubrió que los enemigos de Israel respondieron al mensaje de Dios.

MIQUEAS: Miqueas denunció la corrupción que había en todos los niveles de la sociedad, pero concluyó su mensaje con una promesa de perdón y restauración.

NAHUM: Mucho tiempo después que Jonás moviera a Nínive al arrepentimiento, Nahum predijo la destrucción total de la ciudad poderosa.

HABACUC: El libro de Habacuc tiene como destinatario a Dios, no al pueblo. En un franco diálogo con Dios, analizó los problemas del sufrimiento y de la justicia.

SOFONÍAS: Sofonías centró su mensaje en el futuro día del Señor, que purificaría a Judá, y que dejaría un remanente que sería utilizado por Dios para bendecir al mundo entero.

HAGEO: Después de regresar de la cautividad Babilónica, los judíos comenzaron a reconstruir el templo de Dios. Pero al poco tiempo dejaron de lado dicha tarea para trabajar en sus propias casas. Hageo les recordó que debían poner a Dios en primer lugar.

ZACARÍAS: Zacarías, que escribió más o menos al mismo tiempo que Hageo, instó a los judíos a trabajar en la reconstrucción del templo. El utilizó un enfoque más alentador, describiendo cómo el templo serviría de señal acerca del Mesías por venir.

MALAQUÍAS: El último profeta del Antiguo Testamento, Malaquías enfrentó una nación que se había vuelto indiferente. Trató de sacarles de su apatía.

 

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