¿Quién es y qué cosa es Dios? La mejor definición que jamás se haya dado se encuentra en el catecismo de Westminter, que dice: “Dios es Espíritu, infinito, eterno e inmutable en su ser, sabiduría, poder, santidad, justicia, bondad y verdad.” La definición bíblica se puede formular del estudio de los nombres de Dios. El nombre de Dios, en las Sagradas Escrituras, significa más que una combinación de sonidos; representa su carácter revelado. Dios se revela a sí mismo mediante la proclamación de su nombre, o mediante el dar a conocer su nombre.

Los siguientes son los nombres bíblicos más comunes en las Sagradas Escrituras.

Elohim, (traducido Dios)
Vocablo empleado en lugares donde se describe o insinúa el poder creador y la omnipotencia de Dios. Elohim es el Dios-Creador. La forma plural significa plenitud de poder, y simboliza a la Trinidad.

Jehová. Elohim, el
Dios-Creador no se aísla de sus criaturas. Al ver sus necesidades, descendió para ayudarlas y salvarlas. Al entablar esta relación, se revela a sí mismo como Jehová, el Dios del pacto. El nombre JEHOVÁ procede del verbo “ser” en el idioma hebreo, y abarca los tres tiempos gramaticales: pasado, presente y futuro. El nombre significa por lo tanto: El que fue, es, y será, o en otras palabras, el Eterno. Puesto que Jehová es el Dios que se revela a sí mismo al hombre, el nombre significa: Me he manifestado, me manifiesto y me manifestaré a mí mismo.

EL. (“Dios”)
Es empleado en el idioma hebreo en palabras compuestas: EL-ELYON (Génesis 14:18-2031), “el Altísimo,” el Dios que es exaltado sobre todo aquello que se denomina dios o dioses. EL-SHADDAI, “el Dios suficiente para las necesidades de su pueblo.” EL-0LAM, el “Dios eterno”.

Adonai
Significa literalmente “Señor,” y nos expresa la idea de gobierno y dominio. En virtud de lo que es y ha hecho, reclama para sí el servicio y obediencia de su pueblo. Este nombre se aplica en el Nuevo Testamento al Cristo glorificado.

El vocablo Padre
Empleado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En su significado más amplio describe a Dios como el Productor de todas las cosas, y el Creador del hombre, de manera que en lo que a creación respecta, todo puede ser denominado descendencia o producto de Dios. Sin embargo, esta relación no garantiza la salvación. Sólo aquellos que han sido vivificados para que tengan nueva vida por medio de su Espíritu, son sus hijos en un sentido íntimo y salvador.


Creencias erróneas

Hay otros puntos de vista relativos a Dios aparte de las Escrituras. De ellos, algunos son verdades recalcadas con exceso; otros son verdades que no se han acentuado como es debido; otros, verdades falseadas, tergiversadas. ¿Por qué vamos a considerarlos? Porque es muy difícil describir a la perfección el ser de Dios, y al ver lo que no es, recibiremos ayuda para entender mejor lo que es.

Agnosticismo
(Del griego que significa desconocido o imposible de conocer) El agnosticismo niega a la inteligencia humana capacidad para conocer a Dios. “La mente finita no puede comprender lo infinito,” declara el agnóstico. Empero no alcanza a comprender que existe una diferencia entre conocer a Dios en sentido absoluto, y conocer algunas cosas relativas a Dios. No podemos conocer a Dios en forma absoluta, pero sí limitada, es decir, podemos saber algo de él.

“Podemos saber que Dios existe, sin saber todo lo que es,” nos dice el señor D. S. Clarke. “Podemos tocar la tierra, aunque somos incapaces de rodearla con nuestros brazos. El niño puede conocer a Dios, mientras que el filósofo jamás podrá conocer al Altísimo en forma perfecta.”

Politeísmo
(Este vocablo significa adoración de muchos dioses) El politeísmo fue característica de las religiones antiguas, y se practica todavía en muchos países paganos. Se basa en la idea de que el universo es gobernado, no por una fuerza, sino por varias, de manera que hay un dios del agua, dios del fuego, dios de las montañas, dios de la guerra, y así sucesivamente. Esta creencia fue la consecuencia natural del paganismo, que hizo muchos dioses de objetos y fuerzas naturales, “sirviendo a las criaturas antes que al Criador.” Romanos 1:25.

Panteísmo
(Formada de dos vocablos griegos que significan “todo es Dios.”) el panteísmo es un sistema filosófico o religioso de los que creen que la totalidad del universo es el único Dios. Los árboles y las piedras, la tierra y el agua, pájaros, reptiles y otros animales, y el hombre, todos son, según el panteísmo, parte de Dios, y Dios vive y se expresa a sí mismo por medio de substancias y fuerzas, de la misma manera que el alma se expresa por medio del cuerpo.

El panteísmo confunde a Dios con la naturaleza. Mas el poema no es el poeta, el arte no es el artista, la música no es el músico y la creación no es Dios.

Materialismo
El materialismo niega que exista distinción alguna entre la mente y la materia y afirma que todas las manifestaciones de la vida y de la mente, y todas las fuerzas, son simplemente propiedades de la materia. “Así como el hígado segrega la bilis, así también el cerebro segrega pensamientos”; y “el hombre es una máquina,” son algunos de los dichos favoritos de los materialistas. “El hombre es simplemente un animal,” declaran, con el objeto de destruir la idea de la naturaleza superior del hombre y su destino divino.

Esta teoría nos parece tan tosca y absurda que apenas merece ser refutada. Y sin embargo, en numerosas universidades, en centenares de novelas , y en muchas otras formas se discute y se cree la idea de que el hombre es o un bruto o una máquina; que no es responsable de sus actos, y que no es ni bueno malo.

¿Cuál es el antídoto para el materialismo? ¡El evangelio predicado en la demostración del Espíritu y con señales que lo siguen!

Deismo
El deísmo admite que hay un Dios personal, que creó al mundo; pero insiste que después de la creación lo dejó para que se gobernara por las leyes naturales. En otras palabras, le dio cuerda al mundo como si fuera un reloj, y luego lo dejó que marchara sin intervención de su parte. De ahí que no sea posible revelación o milagro alguno. Este sistema se denomina a veces racionalismo, porque hace de la razón la guía suprema de la religión. También se describe como Religión Natural, en contraposición con la Religión Revelada. Este sistema es impugnable por las evidencias de la inspiración de la Biblia y las evidencias de la obra de Dios en la historia.

Fuente: Teología Bíblica y Sistemática

 

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